HÚNGARO Y OSO
1998
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Estamos ante dos figuras, presentes en cualquier carnaval antiguo que se precie (Ituren, Zubieta, Arizkun…).
Al margen de la simbología que tiene el oso dentro de las carnestolendas, de quien se dice que las anunciaba saliendo de su hibernación por la Candelaria, la realidad en muchas localidades del Pirineo hasta principios del siglo XX es que eran frecuentes las visitas por estos pueblos de personas de etnia gitana (gitanos, húngaros, zíngaros…) que se hacían acompañar de un oso amaestrado, al que llevaban atado de una cadena.
Se exhibía así al animal por los pueblos, haciéndole hacer sus gracias, y así, húngaro y oso es como se ganaban la vida.
Dentro del carnaval vemos la figura del húngaro que lleva atado con una cadena a un oso. Así como en Isaba otros personajes del carnaval se fueron perdiendo con el paso de los años (algunos no llegaron al siglo XX), en el caso del húngaro y el oso estuvieron presentes hasta las últimas ediciones. Todavía hay quien recuerda a Hilario Anaut vestido de oso.
El húngaro vestía ropas oscuras, sombrero negro, grandes patillas…; y el oso cubría su cuerpo con grandes capas de musgo seco.
Una y otra vez, en la comitiva, el oso trataba de atacar a la gente lanzando fuertes gruñidos, y su dueño se empleaba a fondo para evitarlo.
En el año 2010 se recuperó la figura del oso en el carnaval izabar. Un excelente trabajo de Carmen Medina y de Ana Celi Ezquer, artífices de la confección del disfraz, permitió introducir en el cortejo de ese año a un personaje que fue capaz de animar y revolucionar a toda la comitiva carnavalesca. Bajo la piel del oso se escondía la figura de Pablo Roa, creador el año anterior de la Herensuje de Antxomarro, y auténtico maestro a la hora de organizar cosas para los niños, y para los no tan niños.
Año 2010
En el año 2010 se recuperó la figura del oso en el carnaval izabar. Un excelente trabajo de Carmen Medina y de Ana Celi Ezquer, artífices de la confección del disfraz, permitió introducir en el cortejo de ese año a un personaje que fue capaz de animar y revolucionar a toda la comitiva carnavalesca. Bajo la piel del oso se escondía la figura de Pablo Roa, creador el año anterior de la Herensuje de Antxomarro, y auténtico maestro a la hora de organizar cosas para los niños, y para los no tan niños.