VIAJANTE
1998
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Destacaba dentro de la comitiva de carnaval la presencia de un señor bien vestido, y que era portador de una maleta. Era el viajante, una reminiscencia de los sucesores de los viejos arrieros, como aquellos que recorrían los pueblos con su maleta-muestrario, de casa en casa, mostrando todo lo que vendían para que los vecinos le hiciesen un pedido de lo que querían comprar. Todavía mucha gente de Isaba recuerda hoy a la figura generosa de Condearena, el último viajante.
Sus compañeros lo levantaban en hombros hasta las ventanas. Allí echaba un discurso de despedida como si tomara el tren, y se metía en la casa. Aparecía por otra ventana con un jamón, seguido por las mujeres que forcejeaban por quitárselo.
Dibujo del programa escolar del Carnaval de Isaba - 1998